top of page

Criar Hijos Adultos: Cómo Cambian la Crianza y el Estrés Cuando Tus Hijos se Convierten en “Adultos”

#papfa #hijosadultos#adultosjovenes#saludmentalhijos#crianza


“Prefiero la leche de fórmula y la dentición a la universidad y alcohol cualquier día de la semana”, dijeron unos padres de cuatros hijos jóvenes del condado de Montgomery. Dialogamos con estos dos padres para obtener una visión interna de cómo evolucionan el estrés, la preocupación y el ser padres desde la crianza de bebés y niños pequeños hasta transitar las edades siempre complejas de la escuela secundaria y la universidad. El trabajo de un padre/madre nunca termina y aunque reconocemos que tener niños pequeños trae aparejados un factor de ansiedad y preocupaciones por la seguridad, el conocimiento que hemos adquirido al entrevistar a estos padres es que esos días fueron más sencillos y que ambos estaban completamente de acuerdo en que extrañan mucho esa época.

young teenage boy smiling

Jayne y Kevin Graham iniciaron su familia en 1996 con el nacimiento de su primer hijo. La joven pareja de 28 y 25 años ya no era más un dúo. “Recuerdo cuando lo trajimos a casa del hospital y lo sentamos; simplemente lo miramos. Nos generó un sentimiento inexplicable el mirar a ese bebé y saber que nuestras vidas habían cambiado para siempre, pero lo más importante era que íbamos a tener que moldear esa pequeña vida”, dice Kevin. Poco sabían de que no era solo esa vida la que iban a moldear sino la de tres manojos de alegría más que vendrían antes de lo esperado, en los años 1997, 1999 y para redondear la familia de seis, en 2001.


Con cuatro niños menores de 5 años las cosas fueron, cuanto menos, agitadas. Los Graham recuerdan el estrés y la ansiedad inmensos que pasaron tratando de estirar cada centavo de sus cheques de pago para tratar de alimentar y mantener felices a todos sus bebés. Cuando les preguntamos cuál era la mayor causa de tensión en esos días se miraron, soltaron una risita y dijeron al unísono: “el dinero y la guardería ”. “Necesitábamos la guardería para poder ir a trabajar y necesitábamos trabajar para costear la guardería ”, dijo Jayne.

young woman hugging her grandma in the kitchen as they bake

Si bien para la familia las finanzas eran una mayor dificultad entonces que ahora, continuaron explicando que la crianza fue mucho más fácil con niños pequeños. “Es una cuestión de sentido común que debíamos decirles que no toquen el horno ni crucen la calle sin mirar. Sin embargo, las decisiones de crianza que hay que tomar cuando los niños se van haciendo mayores son mucho más difíciles de resolver y es aún más difícil ponerse de acuerdo sobre ellas”, dijo Jayne. A medida que aumenta la edad de los hijos, también aumenta la magnitud de sus problemas y sus decisiones. Estas decisiones varían de si un hijo debe ir o no a la universidad y a qué universidad debería ir, a sus experiencias con el alcohol. Las decisiones que tome un hijo pueden afectar la trayectoria del resto de su vida.


Kevin nos contó que lo que que hace que estas decisiones sean aún más difíciles es que él y Jayne no siempre están de acuerdo y sus hijos no siempre creen que necesitan que sus padres los cuiden. Sus instintos fundamentales como padres siempre han coincidido pero difieren en cómo manejar determinadas situaciones. Esto puede generar tensión entre ellos y con los niños que están intentando criar. El mejor consejo para los padres que enfrentan desacuerdos es consultarse antes de dar un consejo al hijo y además elegir sus batallas. Acordar el curso de acción que van a tomar con sus hijos antes de hablarlo con ellos puede generar un frente unificado y repercutir mejor en la situación.

teenage girl in a wheelchair in the library picking out a book

Incluso si ambos están de acuerdo en cómo criar a su hijo o hija, estos pueden creer que ya tienen todo resuelto. Kevin and Jayne recuerdan las edades en las que sus hijos comenzaron a sentir que no necesitaban ayuda con determinadas cosas. Continuaron relatando que al final de la escuela secundaria los niños comienzan a hacer cosas por sí mismos y se sienten menos dependientes de sus padres. Este sentimiento es aún más fuerte cuando dejan la secundaria para ir a la universidad y no solo toman distancia de las decisiones de sus padres, sino que ahora hay una distancia real que los separa. Cuando les preguntamos cómo manejan esto, explicaron que lo que alguna vez fue blanco y negro, “sí” o “no”, para los hijos tiene que evolucionar a un contexto más orientativo y de consejos. Esto puede ser difícil de asumir para un padre/madre, pero Jayne nos recuerda que para mantener una relación cercana y saludable es necesario dejar que los hijos tomen sus propias decisiones.


Nos contó que si bien ella y Kevin lograron dominar la crianza, no se han detenido. “Este trabajo nunca termina y siento que si puedo tomar todo lo que he aprendido en la vida y analizar algunos de mis mayores éxitos y fracasos y luego usar esa experiencia para ayudar a mis hijos a tomar sus propias decisiones, estoy haciendo ese trabajo”. El mayor deseo de Jayne es que su madre estuviera viva para poder decirle que el viejo dicho: “Mi madre tenía razón” es muy cierto. Dice que mientras sus hijos pasaban de la infancia a la adultez pudo comprobar más de una vez que su propia madre no trataba de controlarla o “arruinarle la diversión” sino que estaba tratando de ayudarla a tomar decisiones que la prepararían para una vida exitosa.


La salud mental de cada uno de sus hijos ha tenido fluctuaciones a lo largo de la vida, como generalmente ocurre, y con los nuevos factores de estrés de abandonar la casa paterna y comenzar su propia vida, ha habido un aumento de la ansiedad. Empezando por la decisión de a qué universidad ir y cuánta deuda contraer, hasta decidir si debían volver a casa después de la graduación ha causado estrés y tensión en la vida de cada uno de sus hijos. En este momento tienen dos recién graduados, uno en los primeros años de la universidad y otro en los últimos años de la escuela secundaria. Todos están en momentos muy transformadores de sus vidas, todos enfrentan decisiones de vida enormes. Cuando les preguntamos cómo vigilan la salud mental de todos sus hijos que están distribuidos por todo el estado de Pensilvania, Jayne replicó: “Me empeño en mandarles mensajes de texto, llamarlos, pero lo más importante: verlos. Si puedo ver a mis hijos puedo comprobar que están bien y eso me da mucha tranquilidad”.


Kevin continuó diciendo que han trabajado para crear una comunicación abierta con cada uno de sus hijos y que todos saben que pueden acudir a sus padres para cualquier cosa. “En definitiva, no importa lo mayor que seas, cuando estás enfermo o tienes miedo quieres a tus padres y sin duda dejaremos lo que sea para proteger y darles seguridad a esos cuatro chicos”. “No puedo expresarlo más rotundamente, pero el trabajo realmente nunca termina. Kevin nos dijo: “Recientemente perdí a mi madre e incluso en algunos de sus últimos días, desde el geriátrico en el que estaba con una demencia muy agresiva, su instinto era protegerme y aconsejarme, y verificar que estaba bien”.

hand holding across the table

Cuando le consultamos cuál sería el mejor consejo que le daría a un padre/madre que recién se inicia en la crianza de adultos jóvenes, nos dijo: tener fe en las personas que has criado. Pasas incontables horas en reuniones de padres y maestros y noches sin dormir sentado en la mesa de la cocina preocupado por el bienestar de tus hijos; debes aceptar el hecho de que ahora les toca a ellos resolver sus propias cosas. Tus hijos están dispuestos y preparados para comenzar a salir al mundo y debes ser su sistema de apoyo en cada paso del camino, guiándolos cuidadosamente hacia el éxito. No importa cuánto crean que tienen resuelto, si mantienes una relación positiva y saludable siempre serás el primer teléfono al que llamen cuando tengan dolor de estómago, una pena de amor o para consultarte si el pollo está bien cocido.


26 views

Related Posts

See All
bottom of page